Saludos de parte de los que aquí en Babilonia creen en Cristo y han sido elegidos como ustedes. También reciban saludos de Marcos, quien es como un hijo para mí.
Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.