Me fijé en lo que había en ella, y vi cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves.
Luego cerró el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente.
Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: ―¡Míranos!
Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: recobró la vista y comenzó a ver todo con claridad.
En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves.
―Yo estaba orando en la ciudad de Jope y mientras oraba tuve una visión. Vi que del cielo bajaba algo parecido a una gran sábana. Estaba suspendida por las cuatro puntas, y bajaba hasta donde yo estaba.
Luego oí una voz que me decía: “Levántate, Pedro; mata y come”.