Entonces Pedro comprendió todo y se dijo: «Ahora estoy completamente seguro de que el Señor ha enviado a su ángel. Él me ha liberado del poder de Herodes y de todo lo que el pueblo judío quería hacerme».
Ellos le contestaron: ―Venimos de parte del capitán Cornelio, un hombre justo y que adora a Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dijo que tenía que invitarlo a usted a su casa, porque usted tiene algo que decirle.
Los discípulos se enteraron de que Pedro estaba en Lida, cerca de Jope. Entonces enviaron a dos hombres a rogarle: «¡Por favor, venga usted en seguida a visitarnos!».