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Referencias Cruzadas

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Hechos 10:15

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por segunda vez le insistió la voz: ―Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.

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17 Referencias Cruzadas  

Coman de todo lo que se vende en la carnicería. No pregunten de dónde viene esa carne para saber si está bien comerla o no.

Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca, sino lo que sale de ella.

Para los que son sinceros todo es bueno, pero para los que son deshonestos y no creen en Cristo todo es malo. Solo piensan en hacer lo malo y ya no creen que están haciendo mal.

Porque no entra en su corazón, sino en su estómago, y después sale del cuerpo. Con esto Jesús declaraba limpios todos los alimentos.

Yo, que creo en el Señor Jesús, les digo que estoy plenamente convencido de que no hay alimento impuro en sí mismo. Si algún alimento es impuro, lo es solamente para quien así lo considera.

Entonces les habló así: ―Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que no debo rechazar a nadie ni llamarlo impuro.

Por segunda vez insistió la voz del cielo: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro”.

No destruyas lo que Dios ha hecho en la vida de alguien por causa de la comida. Todo alimento es bueno; lo malo es hacer que otro deje de creer por lo que uno come.

Tan solo pidámosles que rechacen todo lo que tenga que ver con la adoración de dioses falsos, que no tengan relaciones sexuales prohibidas y que no coman la carne de animales estrangulados ni la sangre.

Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por medio de la fe.

No coman carne de animales sacrificados en honor a los ídolos, tampoco la sangre o la carne de animales estrangulados. Y no tengan relaciones sexuales prohibidas en la Ley de Moisés. Bien harán ustedes si evitan estas cosas. Con nuestros mejores deseos.

Las uvas fueron exprimidas fuera de la ciudad. Del lugar donde se exprimen las uvas salió sangre. Esta sangre llegó hasta casi un metro y medio de alto y cubrió una extensión de trescientos kilómetros.

Esto sucedió tres veces, y en seguida la sábana fue recogida al cielo.




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