―Levántate, Pedro; mata y come —le dijo una voz.
y sintió hambre. Mientras le preparaban algo de comer, tuvo una visión.
En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves.
―¡De ninguna manera, Señor! —respondió Pedro—. Jamás he comido algo impuro o prohibido por nuestra Ley.