Hebreos 8:2

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Él es nuestro sacerdote en el santuario, es decir, en el verdadero Templo. Este Templo fue levantado por el Señor y no por ninguna persona de este mundo.

Referencias Cruzadas

2 Corintios 5:1

Nuestro cuerpo es como una tienda de campaña. Bien sabemos que, si esta tienda se destruye, Dios nos dará en el cielo un cuerpo mejor. Será un cuerpo parecido a un edificio, una casa eterna, no construida por manos humanas.

Romanos 15:8

Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y así confirmar las promesas hechas a los antepasados.

Hebreos 11:10

Abraham tenía la confianza de ver algún día la ciudad de firmes cimientos, de la cual Dios es arquitecto y constructor.

Hebreos 10:21

Así que tenemos un gran sacerdote que está al frente de la casa de Dios.

Colosenses 2:11

La circuncisión marcaba a los judíos como parte del pueblo de Dios. Pues gracias Cristo, ustedes recibieron una circuncisión espiritual, no hecha por mano humana. Es decir, Cristo quitó de sus cuerpos el deseo de seguir pecando.

Lucas 24:44

Luego les dijo: ―Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que dicen las Escrituras acerca de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.

Hebreos 9:1

Ahora bien, el primer pacto tenía sus normas para el culto, y un santuario terrenal.

Hebreos 10:11

Todo sacerdote celebra el culto día tras día. Una y otra vez ofrece los mismos sacrificios, los cuales nunca pueden quitar los pecados.

Apocalipsis 21:3

Oí una fuerte voz que venía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el lugar donde habita Dios! Él vivirá en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.