Yo les perdonaré sus maldades, y nunca más me acordaré de sus pecados».
Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».
Es por Cristo que somos libres y nuestros pecados han sido perdonados.
Al derramar su sangre, Cristo nos hizo libres y perdonó nuestros pecados, porque su amor es muy grande. No merecíamos tanto amor,
y a Jesucristo. Él es el que siempre dice la verdad, el primero en resucitar y el que gobierna sobre los reyes de la tierra. Él nos ama y al derramar su sangre nos ha librado de nuestros pecados.