Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron el mensaje de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida y sigan el ejemplo de su fe.
Por eso, hermanos en la fe, hagan el doble de esfuerzo por vivir así, para que demuestren que han sido llamados y elegidos por Dios. Si hacen estas cosas, nunca les irá mal en la vida.
¡Estamos rodeados de una gran cantidad de testigos! Nos miran como si estuviéramos en una carrera. Por tanto, eliminemos de nuestra vida el pecado, que es como un peso que nos estorba para correr y se nos enreda en los pies. Corramos sin descanso la carrera que tenemos por delante.
Y también es padre de aquellos que han sido circuncidados, pero que también han creído. Ellos siguen el ejemplo de Abraham, quien creyó cuando todavía no estaba circuncidado.
El que deba ser llevado preso, preso estará. El que deba morir a espada, a filo de espada morirá. ¡Así es como sufren los creyentes por ser obedientes hasta el fin!
Así que nos sentimos orgullosos de ustedes ante las iglesias de Dios. Pues ustedes continúan confiando en Dios a pesar de soportar toda clase de persecuciones y sufrimientos.
Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen. Y, como no dejan de creer en ella, producen una buena cosecha.
Recordamos delante de Dios, nuestro Padre, todo lo que hacen por medio de la fe y el trabajo que realizan por amor. No olvidamos la firmeza con que continúan confiando en la salvación que nuestro Señor Jesucristo les dará.