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Referencias Cruzadas

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Hebreos 3:12

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Hermanos en la fe, cuídense de tener una mente que solo piensa en el pecado, que no cree y que los hace apartarse del Dios vivo.

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37 Referencias Cruzadas  

Tengan cuidado de no rechazar al Dios que les habla. Recuerden que los que lo rechazaron no escaparon de su castigo en la tierra. Así que mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.

Por lo tanto, si alguien piensa que está firme y no va a pecar, tenga cuidado, pues podría caer.

Pero al que él declare justo vivirá para siempre, gracias a la fe. Y, si deja de creer, no será de mi agrado».

Asegúrense de que nadie deje de alcanzar el amor inmerecido de Dios. No causen dificultades a nadie, no sean como una raíz amarga que envenena a muchos.

Por eso me enojé con aquella gente, y dije: “Es un pueblo desobediente, que no quiere seguir mis caminos”.

¡Estén alerta! Manténganse despiertos porque ustedes no saben cuándo llegará ese tiempo.

―Tengan cuidado de que nadie los engañe —les dijo Jesús—.

»Pero ustedes cuídense. Los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. Por mi causa comparecerán ante gobernadores y reyes para dar testimonio ante ellos.

Ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron y de cómo dejaron de adorar a los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.

Porque, si Dios no dudó en rechazar las ramas originales, tampoco dudará contigo.

―Tengan cuidado; no se dejen engañar —les dijo Jesús—. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y dirán: “El tiempo está cerca”. No los sigan ustedes.

Así que tengan cuidado; se lo he dicho a ustedes de antemano.

―Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

Cuídense de que nadie los engañe con ideas y pensamientos que parecen llenos de sabiduría. Son solo enseñanzas humanas que vienen de los poderes de este mundo. No son las enseñanzas de Cristo.

Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.

Como podemos ver, no pudieron entrar porque no creyeron.

Si esto es así, ¡cuánto más poder tiene la sangre de Cristo! Porque, por medio del Espíritu eterno, Cristo se ofreció sin pecado a Dios. Su sangre limpiará nuestra conciencia, y no se nos declarará culpables de pecados que conducen a la muerte eterna, para que sirvamos al Dios viviente.

¡Terrible cosa es ser castigado en las manos del Dios vivo!

En cambio, ustedes se han acercado al monte Sion. Es decir, a la Jerusalén del cielo, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a una inmensa multitud de ángeles llenos de gozo.




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