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Referencias Cruzadas

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Hebreos 2:9

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero lo que sí vemos es que Jesús, quien fue hecho un poco inferior a los ángeles, ha sido coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte. Así, por el amor inmerecido de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos, aunque no lo merecemos.

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39 Referencias Cruzadas  

Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.

Él murió en la cruz ofreciendo su vida como un sacrificio, para que Dios perdonara nuestros pecados. Pero no solo para que nos perdonara a nosotros, sino a todo el mundo.

Un solo pecado nos hizo culpables a todos y, por un solo acto de justicia, Dios nos declaró justos a todos.

Dios, con su poder, le dio un sitio de honor. Y él, habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, nos lo ha dado a nosotros. Esto es lo que ustedes ahora ven y oyen.

»Pues tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Él murió por todos, para que nosotros ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Cristo, que murió y resucitó por nosotros.

Por eso, al venir a este mundo, Cristo le dijo a Dios: «No has querido sacrificios ni ofrendas, sino que me has preparado un cuerpo.

Sin embargo, Dios demuestra su amor por nosotros, pues, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!

Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

Por eso puede salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él. Y puede hacerlo porque vive para siempre, y nunca dejará de hablar a Dios en favor de ellos.

Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y le dio gloria. Es por eso que la fe de ustedes y su confianza están puestas en Dios.

Todo sumo sacerdote es nombrado para presentar ofrendas y sacrificios. Por esto, es necesario que Jesucristo también tenga algo que ofrecer.

que dio su vida para salvarnos a todos. Dios, a su debido tiempo, nos demostró que desea salvarnos.

Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.

Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. Entonces, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?

Pero, cuando llegó la fecha indicada, Dios envió a su Hijo, quien nació de una mujer y bajo la autoridad de la Ley.

El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado la gloria a su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y lo rechazaron ante Pilato, aunque este había decidido soltarlo.

La Ley no pudo liberarnos, porque nuestro pecado eliminó su poder. Por eso Dios envió a su propio Hijo en un cuerpo semejante al de nosotros los pecadores. Lo envió para que se ofreciera en sacrificio por el pecado, y de esa manera le quitó al pecado su poder.

Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla.

―¡Ahora estamos convencidos de que estás endemoniado! —dijeron los judíos—. Abraham murió, y también los profetas murieron. Pero tú sales diciendo que, si alguno guarda tu palabra, nunca morirá.

Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Sus ojos brillaban como llamas de fuego, y tenía muchas coronas en su cabeza. Llevaba escrito un nombre que nadie conoce sino solo él.

Lo hiciste un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.

Además, les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios.

Y añadió: ―Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.

»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni fabrican vestidos;

Les aseguro que el que cumple mi palabra nunca morirá.

Has amado la justicia y odiado la maldad. Por eso, tu Dios te ha elegido y llenado de alegría, mucho más que a tus compañeros».

Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte. Dios se lo llevó y, por eso, no pudo ser encontrado. Pero antes de ser llevado agradó a Dios. Así lo afirman las Escrituras.

Fijemos la mirada en la meta, que es Jesús, quien nos dio y perfeccionó nuestra fe. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ella significaba. Y ahora está sentado en el sitio de más honor, al lado derecho del trono de Dios.




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