Hermanos en la fe, si sorprenden a alguien pecando, ustedes que son espirituales deben corregirlo con una actitud humilde. Pero tengan cuidado, porque ustedes también pueden ser tentados a pecar.
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del que es bueno y honesto es poderosa y eficaz.
Pude ver que no actuaban correctamente, pues no era lo que enseñábamos con el mensaje de la buena noticia. Entonces le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los no judíos a practicar la religión judía?
Cristo aceptó como suyos nuestros pecados, y así fue a morir en la cruz. Lo hizo para que dejáramos de pecar y viviéramos para hacer el bien. Él fue herido como castigo, para que ustedes fueran sanados.