Por eso dije: “Aquí me tienes, oh Dios: He venido a hacer tu voluntad, tal como dicen las Escrituras de mí”».
―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.
Pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta, solo juzgo según lo que oigo. Y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad. Busco cumplir la voluntad del que me envió.