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Referencias Cruzadas

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Hebreos 10:5

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por eso, al venir a este mundo, Cristo le dijo a Dios: «No has querido sacrificios ni ofrendas, sino que me has preparado un cuerpo.

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26 Referencias Cruzadas  

Cristo aceptó como suyos nuestros pecados, y así fue a morir en la cruz. Lo hizo para que dejáramos de pecar y viviéramos para hacer el bien. Él fue herido como castigo, para que ustedes fueran sanados.

Además, cuando Dios envió a su Hijo primogénito al mundo, dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios».

Por eso dije: “Aquí me tienes, oh Dios: He venido a hacer tu voluntad, tal como dicen las Escrituras de mí”».

Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, Cristo también compartió esa naturaleza humana. Lo hizo para eliminar, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—.

Por esa obediencia somos declarados santos por Dios, por medio del sacrificio del cuerpo de Jesucristo. Este sacrificio fue ofrecido una sola vez y para siempre.

Pero, cuando llegó la fecha indicada, Dios envió a su Hijo, quien nació de una mujer y bajo la autoridad de la Ley.

Por el mundo han salido muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido como verdadero hombre. El que así actúa es el engañador y el anticristo, es decir, el enemigo de Cristo.

Todo sumo sacerdote es nombrado para presentar ofrendas y sacrificios. Por esto, es necesario que Jesucristo también tenga algo que ofrecer.

No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.

Y el ángel le dijo: ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.

―¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?

y los envió al Señor a preguntarle: ―¿Eres tú el que estábamos esperando o debemos esperar a otro?

Cuando vivía aquí en la tierra, Jesús hizo oraciones rogando al que podía salvarlo de la muerte. Lo hizo con fuerte voz y lágrimas. Y fue escuchado porque fue humilde y obediente.

Primero dijo: «Sacrificios y ofrendas, ofrendas quemadas y sacrificios por el pecado no te gustaron ni fueron de tu agrado». Sin embargo, esto es lo que la Ley exigía que se ofreciera.




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