Revisen su manera de vivir y vean si de verdad tienen fe en Cristo. Hagan la prueba, así se darán cuenta si Cristo Jesús está en ustedes. Si no pasan la prueba, es porque él no está en ustedes.
Para nosotros, es motivo de satisfacción el saber que no hemos hecho nada malo. Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la honestidad y sinceridad que vienen de Dios. Y lo hemos logrado gracias al amor inmerecido de Dios, y no gracias a nuestra sabiduría humana.
El fariseo, puesto en pie y a solas, oraba: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres. No soy como los ladrones, los malhechores y los adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos.
Ellos están circuncidados, pero ellos mismos no obedecen la Ley. Solo quieren obligarlos a circuncidarse para luego decir con orgullo que los convencieron de llevar esa marca en el cuerpo.