Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres. Y eso es precisamente lo que he venido haciendo con esfuerzo.
»Después de una ausencia de varios años, volví a Jerusalén para traerle donativos a mi pueblo y presentar ofrendas.
Es probable que alguien que es rico no esté dispuesto a ayudar a su hermano necesitado. ¿Cómo se puede decir que esa persona conoce el amor de Dios?
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen. Esos son los sacrificios que agradan a Dios.