Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!
Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba como muerto, pero ahora ha vuelto a la vida. Se había perdido, pero ya lo hemos encontrado”».
Pedimos esto en oración para que el nombre de nuestro Señor Jesús reciba la gloria por medio de ustedes. De ese modo él los alabará a ustedes, pues, aunque no lo merecen, nuestro Dios y el Señor Jesucristo muestran su amor por ustedes.
Eso sucederá el día en que el Señor venga para recibir la gloria de parte de su pueblo elegido y ser admirado por todos los que hayan creído. Ustedes estarán allí, porque creyeron en el mensaje que les dimos.
En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios. Pues, luego de aceptar la buena noticia de Cristo, ustedes han demostrado obediencia al dar de manera generosa para ellos y para todos.
Y el hombre se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron a alabar a Dios. ―Jamás habíamos visto cosa igual —decían.