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Referencias Cruzadas

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Filipenses 2:25

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Ahora bien, creo que es necesario enviarles de vuelta a Epafrodito. Ustedes me enviaron a este hermano en la fe, colaborador y compañero de lucha, para atenderme en mis necesidades.

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19 Referencias Cruzadas  

Ya he recibido todo lo que necesito y aún más. Ahora que he recibido lo que me enviaron por medio de Epafrodito, hasta me sobra. Lo que me enviaron es para Dios como una ofrenda perfumada, un sacrificio que Dios acepta con agrado.

Así les enseñó Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes.

Y a ti, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a mi lado en el anuncio de la buena noticia. Han luchado junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

En efecto, nosotros somos ayudantes al servicio de Dios. Y ustedes son como un campo sembrado que pertenece a Dios. Ustedes son como un edificio construido por él.

También envían saludos Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo.

Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.

Así que les enviamos a Timoteo, nuestro hermano en la fe y colaborador de Dios en el anuncio de la buena noticia de Cristo. Lo enviamos para que los animara a seguir confiando firmemente en Jesús.

También los saluda Jesús, llamado Justo. Estos son los únicos judíos que trabajan conmigo a favor del reino de Dios, y me han sido de mucho consuelo.

Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a Tito, mi hermano en la fe. Por eso me despedí de esa gente y me fui a Macedonia.

Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo.

Les aseguro que ningún siervo es más que su amo. Y ningún mensajero es más que el que lo envió.

Saluden de mi parte a Priscila y a Aquila, mis compañeros en el servicio a Cristo Jesús.

Saluden a Urbano, nuestro compañero en servicio a Cristo, y a Estaquis, mi querido hermano en la fe.

Él los extraña mucho a todos y está triste porque ustedes se enteraron de que estaba enfermo.




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