La gente estará llena de egoísmo y amará el dinero. Será gente que se cree importante, orgullosa y que ofende a Dios. Serán personas que no obedecerán a los padres, no darán gracias por nada ni respetarán a Dios.
«Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo.