Así que me pareció necesario pedirles a estos hermanos que se adelantaran a visitarlos. Ellos les ayudarán con los preparativos que faltan para recolectar esa generosa ofrenda que ustedes habían prometido. Eso hará que su ofrenda se vea como un acto de generosidad, y nadie dirá que son tacaños.
No es que intentemos obligarlos a creer como nosotros decimos. Les aseguro que solo deseamos contribuir a su alegría, pues ustedes están seguros de lo que creen.
En efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendría recompensa. Pero, si lo hago por obligación, no hago más que cumplir la tarea que se me ha encomendado.
¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña?