Vivan honestamente, como a la luz del día, es decir, sin nada que ocultar. No participen en orgías ni se emborrachen. No tengan relaciones sexuales prohibidas, no armen pelea ni tengan envidia.
Lo que digo es que no deben relacionarse con personas que dicen ser hermanos en la fe, pero tienen relaciones sexuales prohibidas. Dicen ser creyentes, pero son avaros, idólatras, insultan, son borrachos o ladrones. Con tales personas ni siquiera deben juntarse para comer.
Pero ¿qué tal si ese siervo se pone a pensar: “Mi señor tarda en volver”. Y, entonces, comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y emborracharse?
ni los ladrones, ni los que siempre quieren tener más de lo que tienen. De la misma manera, ni los borrachos, ni los que insultan a los demás ni los tramposos formarán parte del reino de Dios.
El líder debe ser una persona a quien no puedan acusar de nada malo y esposo de una sola mujer. Sus hijos deben creer en Cristo, y que nadie los acuse de ser desobedientes o tener una mala conducta.
»Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de esta vida. Si no tienen cuidado, aquel día caerá de repente sobre ustedes.
»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Limpian el vaso y el plato por fuera. Sin embargo, por dentro están llenos de robo y les falta dominio propio.
y le dijo: ―Todos sirven primero el mejor vino. Y, cuando los invitados ya han bebido mucho, sirven el más barato. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.