Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Efesios 3:7

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Aunque no lo merezco, Dios me dio un regalo como muestra de su amor y gran poder: me encargó anunciar esta buena noticia.

Ver Capítulo Copiar

22 Referencias Cruzadas  

Que puedan apreciar la incomparable grandeza de su poder, el cual nos da a los que creemos en él. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz

Alabemos a Dios, que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginar o pedir. Y su poder puede actuar eficazmente en nosotros.

Sin duda se han enterado de que Dios me encargó explicarles su plan de mostrarles su amor inmerecido.

Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto. No es el pacto de leyes escritas, que nos condena a muerte, sino el pacto que da vida por medio del Espíritu.

Que sea él quien los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Así que no dejamos de dar gracias a Dios. Pues, cuando ustedes oyeron el mensaje de Dios que les predicamos, lo aceptaron. Lo aceptaron no como un mensaje de parte de alguna persona, sino como lo que realmente es, un mensaje de Dios. Ese mensaje cambió la vida de ustedes, los que creen.

Para esto trabajo y lucho con la fuerza que el poder de Cristo me da.

Pero soy apóstol gracias al amor de Dios, aunque no merezco ese amor. Ese amor por mí ha dado resultados, pues he trabajado con más fuerza que los demás apóstoles. Sin embargo, reconozco que no soy yo quien lo ha logrado. Ha sido obra de Dios, quien me ha amado sin yo merecerlo.

Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales ustedes llegaron a creer. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor le ordenó hacer.

Él me envió como servidor de Cristo Jesús para ayudar a los no judíos. Yo tengo el deber sacerdotal de anunciar la buena noticia de Dios a los no judíos. De esta manera los presentaré como si fueran una ofrenda aceptable ante Dios. Una ofrenda que el Espíritu Santo ha separado como especial.

Por medio de él, y en honor a su nombre, fuimos llamados a ser apóstoles, para convencer a todas las naciones de creer en él y obedecerle.

Él hace que todos en la iglesia estén unidos. Los une por medio del trabajo que cada uno hace para que todos tengan una fe fuerte y se amen cada vez más.

Yo soy el más insignificante de todos los creyentes. Sin embargo, recibí este privilegio inmerecido de predicar a las naciones acerca de las incontables bendiciones que Cristo nos puede dar.

El mismo Dios que capacitó a Pedro como apóstol de los judíos me capacitó también a mí como apóstol de los no judíos.

Por esto, ya que por la misericordia de Dios se nos permite servirle, no nos desanimamos.

―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

Yo sé que no lo merezco, pero Dios me ha dado autoridad para decirles lo siguiente: Nadie piense que es mejor o superior a otro. Más bien piensen que lo que ustedes son, lo son gracias a la medida de fe que Dios les ha dado.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios