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Referencias Cruzadas

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Efesios 2:18

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pues gracias a lo que él hizo podemos acercarnos al Padre por medio de un mismo Espíritu.

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26 Referencias Cruzadas  

Gracias a él, por medio de la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.

Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para formar un solo cuerpo —ya seamos judíos o no judíos, esclavos o libres—. A todos se nos hizo compartir un mismo Espíritu.

También por medio de la fe en él, Jesucristo nos acerca al amor de Dios. Y ese amor es firme. Así que nos gozamos, porque tenemos la esperanza de compartir la gloria de Dios.

Deben estar unidos como si fueran un solo cuerpo, pues solo hay un Espíritu. Ustedes fueron llamados por Dios a confiar en un solo camino de salvación.

―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.

Yo soy la puerta. El que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad y hallará pastos.

Por eso, volvió a decirles: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.

Entonces darán gracias con alegría al Padre, pues él ha hecho posible que ustedes reciban la herencia prometida a los creyentes en su reino de luz.

Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, y por medio de él decimos: «¡Abba! ¡Padre!».

Y el Espíritu, que Dios les ha dado, no los hace otra vez esclavos del miedo. Al contrario, el Espíritu los adopta como hijos y les permite decirle a Dios: «¡Abba! ¡Padre!».

Porque Cristo murió para perdonar nuestros pecados una sola vez, y es suficiente. Él, que era justo, murió por nosotros, que éramos injustos. Así nos acercó a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.

Oren en todo momento y, guiados por el Espíritu Santo, hagan sus peticiones y ruegos. Manténganse alerta y sin dejar de orar por todos los creyentes.

Pero para nosotros no hay más que un solo Dios. Él es el Padre, quien creó todo, y para él vivimos. Y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo. Dios todo lo creó por medio de él, y gracias a él vivimos.

Pues esta Ley no hizo a nadie perfecto. Y, por otra parte, se nos presenta algo mejor en qué confiar. Esa confianza nos permite acercarnos a Dios.

Por esta razón me arrodillo delante del Padre,

Ustedes, en cambio, queridos hermanos en la fe, sigan confiando en el amor de Dios. Esfuércense en ser cada vez mejores, pues la fe que tienen es santa. Oren guiados por el Espíritu Santo, y esperen que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les dé la vida eterna.

Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y le dio gloria. Es por eso que la fe de ustedes y su confianza están puestas en Dios.

Ustedes llaman Padre al Dios que juzga por igual las acciones de cada uno. Por eso deben ser humildes y obedientes mientras vivan en este mundo como si fueran extranjeros.

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre. También con ella maldecimos a las personas, creadas semejantes a Dios.




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