A mí me consta que él se preocupa mucho por ustedes y por los que están en Laodicea y en Hierápolis.
Quiero que sepan de la gran lucha que sostengo por el bien de ustedes y de los que están en Laodicea, y de tantos que no me conocen personalmente.
y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».
Soy testigo de que dieron tanto como podían, y aún más de lo que podían, sin que nadie los obligara.
Puedo declarar en favor de ellos que en verdad desean agradar a Dios. Pero ese deseo demuestra que les falta conocimiento.