Su cabello parecía cabello de mujer, y sus dientes eran como de león.
Que su belleza no dependa de adornos externos, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos.
En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decentemente y con sencillez. Que no lo hagan para impresionar, con peinados exagerados, con oro, perlas y vestidos costosos.
Así había dicho Isaías: «Si el Señor Todopoderoso no hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra».