Así vi en la visión a los caballos y a sus jinetes: Tenían una armadura de color rojo encendido, azul violeta y amarillo como azufre. La cabeza de los caballos era como de león. Por la boca echaban fuego, humo y azufre.
Esos cuatro ángeles habían sido preparados precisamente para esa hora, ese día, mes y año. Así que quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.
El primer ángel tocó su trompeta. Entonces fueron echados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
El segundo ángel tocó su trompeta. Entonces fue echado al mar algo que parecía una enorme montaña envuelta en llamas. La tercera parte del mar se convirtió en sangre.
El tercer ángel tocó su trompeta. Entonces una enorme estrella, que ardía como una antorcha, cayó desde el cielo. Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales.
El cuarto ángel tocó su trompeta. Entonces fue dañada la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas. Por eso, se oscureció la tercera parte de ellos. Así quedó sin luz la tercera parte del día y la tercera parte de la noche.