Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión.
Sujetó al dragón, aquella serpiente antigua que es el Diablo y Satanás. Y lo encadenó por mil años.
Esos cuatro ángeles habían sido preparados precisamente para esa hora, ese día, mes y año. Así que quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.