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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 2:23

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que conoce a fondo la mente y el corazón. A cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus acciones.

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39 Referencias Cruzadas  

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

Y Dios, que conoce nuestros corazones, sabe qué es lo que el Espíritu le dice. El Espíritu ruega a Dios por los que creen en él, y todo lo que pide está de acuerdo con la voluntad de Dios.

Y oraron así: «Señor, tú conoces el corazón de todos. Muéstranos a cuál de estos dos has elegido.

Ustedes llaman Padre al Dios que juzga por igual las acciones de cada uno. Por eso deben ser humildes y obedientes mientras vivan en este mundo como si fueran extranjeros.

Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros. Luego se abrió otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros.

Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Pues es necesario que todos nos presentemos ante el tribunal de Cristo. Allí cada uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte, es decir, jamás será separado de Dios.

El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida. Este árbol está en el paraíso de Dios.

Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas ante Dios.

Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?». Así que le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. ―Apacienta mis ovejas —le dijo Jesús—.

Miré, ¡y apareció un caballo amarillento! El jinete se llamaba Muerte, y el representante del infierno lo seguía de cerca. Y se les otorgó poder sobre la cuarta parte de la tierra. Podían matar por medio de la espada, el hambre, las epidemias y los animales salvajes de la tierra.

Que cada uno se haga responsable de su propia conducta.

Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.

Los que habían muerto en el mar se presentaron ante Dios. También se presentaron los muertos que estaban en el reino de la muerte. Cada uno fue juzgado según lo que había hecho.

«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo la recompensa, y premiaré a cada uno según lo que haya hecho.

―Ve a llamar a tu esposo y vuelve acá —le dijo Jesús.




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