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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 2:18

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos que brillan como llamas de fuego. El que tiene pies que parecen bronce al rojo vivo, dice esto:

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y me decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea».

Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.

Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él».

Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. Entonces, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?

Pero, cuando resucitó, a través del poder del Espíritu Santo, quedó demostrado que era Hijo de Dios. Él es Jesucristo nuestro Señor.

Entonces, ¿por qué me acusan de ofender a mi Padre, quien me apartó para enviarme al mundo? ¿Tan solo porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”?

Les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Y los que la oigan vivirán.

El que cree en él no es condenado. Pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo único de Dios.

»Pues tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Y el ángel le dijo: ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.

Cuando el capitán romano y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y dijeron: ―¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!

Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».

»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro dice esto:

―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.

Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el oficial etíope: ―Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?

Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas muy finas y costosas. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo.

Sé que allí en la iglesia de Tiatira hay algunos que no siguen esa enseñanza. Ni han aprendido lo que esa gente llama “los profundos secretos de Satanás”. A ellos, que no siguen esa enseñanza, les digo que ya no les doy ningún otro mandato.




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