Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden conseguir lo que quieren. Discuten y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden.
Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal. Pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí y a ti, sufrir terriblemente.
cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de corderos; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.
Los comerciantes que vendían estas mercancías y se enriquecieron a costa de ella se mantendrán a distancia. Sentirán miedo al ver semejante castigo. Con lágrimas en los ojos expresarán su lamento, diciendo: