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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 17:3

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Luego el Espíritu de Dios me hizo ver a un ángel que me llevó a un desierto. Allí vi a una mujer montada en una bestia roja. La bestia estaba cubierta de nombres que ofendían a Dios, y tenía siete cabezas y diez cuernos.

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26 Referencias Cruzadas  

Y apareció en el cielo otra cosa misteriosa: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas y diez cuernos. En cada cabeza tenía una corona.

La mujer que has visto es aquella gran ciudad que tiene poder de gobernar sobre los reyes de la tierra».

Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado. Allí la cuidarán durante mil doscientos sesenta días.

La mujer estaba vestida de color púrpura y rojo, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes y de su adoración a dioses falsos.

Pero a la mujer se le dieron dos grandes alas de águila. Así podría volar al desierto, al lugar que había sido preparado para ella. Allí sería alimentada durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo, y estaría lejos de la vista de la serpiente.

Entonces el Espíritu me llevó a una montaña grande y elevada. Allí me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, donde está Dios.

Este hombre malvado luchará contra todo lo que pertenezca a Dios o contra todo aquel que lo adore. Se adueñará del templo de Dios y dirá que es Dios.

En el primer día de la semana, al que llamamos día del Señor, vino el Espíritu y tomó control de mi persona. Detrás de mí oí una voz fuerte, que sonaba tan fuerte como una trompeta,

Al instante el Espíritu tomó control de mí. Entonces vi un trono en el cielo y a alguien sentado en el trono.

Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El oficial etíope no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino.

Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color rojo.

artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; tela fina, vestidos lujosos, de seda y de color rojo; toda clase de maderas aromáticas; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol;

«¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad! Se vestía de telas finas, de color púrpura y rojo. Se adornaba con oro, piedras preciosas y perlas.




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