La bestia que has visto es la que antes era, pero ya no es. Está a punto de salir del abismo, pero va rumbo a la destrucción. Los que se asombraron son aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo.
Una de las cabezas de la bestia parecía haber sufrido una herida mortal. Pero esa herida ya había sido sanada. El mundo entero estaba maravillado y seguía a la bestia.
El que deba ser llevado preso, preso estará. El que deba morir a espada, a filo de espada morirá. ¡Así es como sufren los creyentes por ser obedientes hasta el fin!
Tenía toda la autoridad de la primera bestia y la representaba en todo lo que hacía. Obligaba a todos en la tierra a adorar a la primera bestia, que había sido sanada de su herida mortal.