Entonces desaparecieron todas las islas y las montañas.
El firmamento desapareció como cuando se enrolla un pergamino. Todas las montañas y las islas fueron quitadas de su lugar.
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.
Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús.