Pero a la mujer se le dieron dos grandes alas de águila. Así podría volar al desierto, al lugar que había sido preparado para ella. Allí sería alimentada durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo, y estaría lejos de la vista de la serpiente.
No se dejen engañar por nadie, porque antes de su regreso los enemigos de Dios lucharán en su contra, y el hombre malvado aparecerá, aunque luego será destruido.
Entonces se presentará ese malvado, pero el Señor Jesús le quitará su poder con el soplo de su boca y lo destruirá con el glorioso brillo de su venida.