Apocalipsis 13:11

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Después vi que de la tierra salía otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como dragón.

Referencias Cruzadas

Mateo 7:15

»Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.

Apocalipsis 17:6

Vi que la mujer se había emborrachado con la sangre de los creyentes que dieron su vida por hablar acerca de Jesús. Al verla, quedé muy asombrado.

Apocalipsis 16:13

Y vi salir tres espíritus malignos que parecían ranas. Salieron de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta.

Apocalipsis 13:17

Nadie podía comprar ni vender, a menos que llevara la marca. Esta marca es el nombre de la bestia o el número de ese nombre.

Apocalipsis 11:7

Pero, cuando terminen de dar su mensaje, subirá del abismo una bestia. Esta bestia les hará la guerra, los vencerá y los matará.

Romanos 16:18

Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, solo buscan ganancias para sí mismos. Con palabras suaves y bonitas engañan a los sencillos.

Apocalipsis 12:17

Entonces el dragón se enfureció contra la mujer. Por eso, se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes. Es decir, contra los que obedecen los mandamientos de Dios y continúan confiando en el mensaje de Jesús.

2 Tesalonicenses 2:4

Este hombre malvado luchará contra todo lo que pertenezca a Dios o contra todo aquel que lo adore. Se adueñará del templo de Dios y dirá que es Dios.

Apocalipsis 17:8

La bestia que has visto es la que antes era, pero ya no es. Está a punto de salir del abismo, pero va rumbo a la destrucción. Los que se asombraron son aquellos cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la creación del mundo.

Apocalipsis 13:1

Y el dragón se paró a la orilla del mar. Entonces vi que del mar salía una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una corona y en cada cabeza, un nombre que ofendía a Dios.

Apocalipsis 13:4

Adoraron al dragón porque había dado su autoridad a la bestia. También adoraron a la bestia y decían: «¡No hay nadie como la bestia! ¿Quién se atreve a luchar contra ella?».