El segundo ¡ay! ya pasó, pero se acerca el tercero.
Seguí observando, y oí un águila que volaba en medio del cielo y gritaba fuertemente: «¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de los habitantes de la tierra cuando suenen las tres últimas trompetas! ¡Ya los últimos tres ángeles están a punto de tocarlas!».
El primer ¡ay! ya pasó, pero vienen todavía otros dos.
Vi en el cielo algo grande y maravilloso: siete ángeles con los últimos siete castigos. Después de estos castigos el enojo de Dios llegaría a su fin.