Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas. Y les hará recordar todo lo que les he dicho.
En cambio, la sabiduría que Dios da es ante todo pura, es decir, no produce maldad. Al contrario, produce paz, bondad, amabilidad, compasión y buenas acciones. El que tiene sabiduría de Dios trata a todos por igual y es sincero.
Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer completamente su voluntad y les dé sabiduría y el entendimiento que da el Espíritu.
Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.
Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron el mensaje de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida y sigan el ejemplo de su fe.
Hermanos en la fe, Dios los ha llamado a ustedes para que formen parte de su pueblo santo. Por eso, pongan su atención en Jesús, a quien reconocemos como apóstol y sumo sacerdote.
Por último, hermanos en la fe, pongan total atención en todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración. En fin, en todo lo que sea excelente o merezca alabanza.
A unos Dios les da, por medio del Espíritu, capacidad para hablar con sabiduría. A otros, por medio del mismo Espíritu, les da un mensaje con un conocimiento especial.
y lo libró de todas sus desgracias. Le dio sabiduría para ganarse el favor del faraón, rey de Egipto, que lo nombró gobernador del país y del palacio real.