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Referencias Cruzadas

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2 Timoteo 2:24

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Un servidor del Señor no debe andar peleando. Más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no enojarse con facilidad.

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31 Referencias Cruzadas  

Que no hablen mal de nadie, sino que busquen la paz y sean respetuosos, demostrando total humildad en su trato con todo el mundo.

El líder tiene la responsabilidad de cuidar el trabajo que Dios ha asignado a todos, y por eso debe ser alguien a quien nadie pueda acusar de nada malo. No debe ser orgulloso, ni enojarse con facilidad, ni borracho, ni violento, ni desear ganar dinero con engaños.

Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza. Los tratamos como una madre que alimenta a su bebé y cuida a sus hijos.

Tú, en cambio, eres un hombre al servicio de Dios. Huye de todo eso y esfuérzate en hacer lo que es justo, en amar a Dios, en tener fe, en amar a los demás, en ser paciente y humilde.

Ayúdense unos a otros, y perdonen a todo el que los ofenda. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Háganlo todo sin quejas ni pleitos.

No hagan nada por egoísmo o por orgullo. Más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.

Sean siempre humildes y amables, tengan paciencia, ayúdense unos a otros con amor.

En fin, vivan en armonía los unos con los otros. Compartan penas y alegrías, amen a sus hermanos en la fe, sean compasivos y humildes.

En cambio, la sabiduría que Dios da es ante todo pura, es decir, no produce maldad. Al contrario, produce paz, bondad, amabilidad, compasión y buenas acciones. El que tiene sabiduría de Dios trata a todos por igual y es sincero.

Debe creer siempre en el mensaje verdadero que se le enseñó. De ese modo también podrá aconsejar a otros con la enseñanza verdadera y enfrentar a los que se oponen a ella.

Yo, Pablo, por la ternura y la bondad de Cristo, les hago un ruego. Algunos dicen que soy tímido cuando me encuentro cara a cara con ustedes, pero muy valiente cuando estoy lejos.

Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son parte de un mismo pueblo; ¿por qué quieren hacerse daño?”.

No discutirá ni gritará; nadie oirá su voz en las calles.

Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden conseguir lo que quieren. Discuten y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden.

Los saluda Santiago, servidor de Dios y del Señor Jesucristo. Les dirijo esta carta a las doce tribus que están esparcidas por el mundo.

Queridos hermanos en la fe, mucho he deseado escribirles acerca de la salvación que ustedes y yo compartimos. Pero ahora siento la necesidad de escribirles acerca de otro asunto: para rogarles que luchen fuertemente por defender todo en lo que hemos creído. Porque esa enseñanza fue entregada para siempre a los creyentes.

Se produjo entonces un gran alboroto. Algunos de los maestros de la Ley que eran fariseos se pusieron de pie y dijeron: «Este hombre no ha hecho nada malo. Es probable que un espíritu o un ángel le haya hablado».

Te saluda Pablo, servidor de Dios y apóstol de Jesucristo. Dios me ha llamado para que enseñe a los elegidos de Dios cómo es la verdadera religión y les enseñe a tener fe.

En cambio, los que viven guiados por el Espíritu muestran amor por los demás, son alegres y tienen paz. El Espíritu los hace tener paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal.

Esto provocó un desacuerdo y una seria discusión de Pablo y Bernabé con ellos. Entonces la iglesia decidió que Pablo y Bernabé, junto con algunos otros creyentes, subieran a Jerusalén. Los enviaron para tratar este asunto con los apóstoles y los líderes de esa ciudad.

Los judíos comenzaron a discutir fuertemente entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».

Más bien, en todo y con mucha paciencia, demostramos que somos servidores de Dios. Pues con paciencia soportamos los sufrimientos, las necesidades y las dificultades.




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