No dejes de recordarle a la gente todo esto. Diles delante de Dios que eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes.
Evita las discusiones tontas y enseñanzas sobre listas de antepasados. No discutas ni pelees sobre asuntos de la Ley, porque no tiene provecho ni sentido.
Diles que dejen de prestar atención a leyendas y a largas listas de antepasados. Esas cosas provocan discusiones sin sentido. En nada ayudan a la gente a confiar en el plan de Dios.