Más bien, sean cristianos maduros que cada día conocen mejor al Señor y Salvador Jesucristo, y que cada día disfrutan más de su amor inmerecido. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.
Timoteo, tú eres como un hijo para mí. Todo esto que te pido hacer tiene que ver con las profecías que se dijeron acerca de ti. Toma en cuenta esas palabras y pelea la buena batalla,
Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su bondad y de su paz.
Esta carta va dirigida a ti, Timoteo, mi querido hijo en la fe. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor que te permitan gozar de su inmerecido amor, de su misericordia y de su paz.
Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por medio de mí se anunciara el mensaje y lo oyeran todos los que no creen en Dios. El Señor me salvó, como quien es librado de la boca de un león.