Porque Dios no es injusto como para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que le tienen él. Amor que ustedes le han demostrado al haber servido, y seguir sirviendo, a los creyentes.
Y es por anunciar ese mensaje que ahora paso sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído. También estoy seguro de que Cristo tiene poder para guardar hasta el día del juicio final lo que le he confiado.
Al salir para Macedonia, te encargué que te quedaras en Éfeso. Allí hay unos que dicen ser maestros dando falsas enseñanzas, y te pedí que les ordenaras que dejen de hacerlo.
»Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro dice esto:
Después de todo, ¿cuál es nuestra esperanza y alegría?, ¿cuál será nuestro motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús cuando él venga? Pues ustedes lo son.
Pero sus acciones serán puestas a prueba en el día del juicio, y así se sabrá si fueron buenas o malas enseñanzas. El fuego revela la calidad de los materiales y del trabajo de cada uno.
Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.