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Referencias Cruzadas

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2 Tesalonicenses 1:10

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Eso sucederá el día en que el Señor venga para recibir la gloria de parte de su pueblo elegido y ser admirado por todos los que hayan creído. Ustedes estarán allí, porque creyeron en el mensaje que les dimos.

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40 Referencias Cruzadas  

Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día. Me la dará a mí y a todo el que con amor haya esperado su venida.

Ustedes han sido llamados por Dios a confiar en sus promesas. Por eso también le pido a Dios que los ayude a comprender con claridad en quién han confiado. Que puedan ver la maravillosa herencia que recibirán con el pueblo de Dios.

Pero sus acciones serán puestas a prueba en el día del juicio, y así se sabrá si fueron buenas o malas enseñanzas. El fuego revela la calidad de los materiales y del trabajo de cada uno.

Todo lo que yo tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos he recibido la gloria.

Pero ustedes son una familia elegida por Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, son su pueblo elegido, pues le pertenecen a él. Dios los eligió para que anunciaran las cosas maravillosas que él ha hecho por ustedes. Él los llamó para que dejaran el pecado y la maldad. Fue como sacarlos de las tinieblas a su luz admirable.

Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos en la fe. Recuerden que el Señor los ama y que ustedes fueron los primeros que Dios eligió para ser salvos. Y son salvos gracias a lo que el Espíritu hizo en ustedes para que fueran aceptados como santos por Dios, y gracias a la fe que tienen en la verdad.

Esto demuestra que les enseñamos la verdad acerca de Cristo.

Le pido al Señor que lo trate con bondad en el día del juicio final. Tú conoces muy bien las muchas veces que me ayudó en Éfeso.

Y es por anunciar ese mensaje que ahora paso sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído. También estoy seguro de que Cristo tiene poder para guardar hasta el día del juicio final lo que le he confiado.

Pedimos esto en oración para que el nombre de nuestro Señor Jesús reciba la gloria por medio de ustedes. De ese modo él los alabará a ustedes, pues, aunque no lo merecen, nuestro Dios y el Señor Jesucristo muestran su amor por ustedes.

Así que no dejamos de dar gracias a Dios. Pues, cuando ustedes oyeron el mensaje de Dios que les predicamos, lo aceptaron. Lo aceptaron no como un mensaje de parte de alguna persona, sino como lo que realmente es, un mensaje de Dios. Ese mensaje cambió la vida de ustedes, los que creen.

Hermanos en la fe, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso.

Pues nuestra buena noticia les llegó no solo con palabras, sino también con demostraciones de poder. Es decir, vieron cómo actúa el Espíritu Santo por medio de nosotros y eso los convenció profundamente. Como bien saben, estuvimos entre ustedes solo para su bien.

Él es inmensamente rico y poderoso. Por eso le pido en oración que, por medio del Espíritu, les dé un espíritu fuerte, para que no se desanimen por nada.

Y todo esto es para que la sabiduría de Dios, en todas sus formas, se dé a conocer ahora. La dará a conocer por medio de la iglesia a los ángeles y espíritus que gobiernan en el reino espiritual con poder y autoridad.

Lo hizo para mostrar en el futuro que su amor por nosotros es incomparablemente grande. Ese amor quedó demostrado en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No merecíamos tanto amor y bondad.

El Espíritu Santo garantiza que recibiremos lo que Dios prometió cuando llegue nuestra liberación final. La liberación del pueblo adquirido por Dios. Y así todos alabarán su glorioso poder.

Lo decidió así para que nosotros, los que ya hemos puesto nuestra confianza en Cristo, alabemos su gran poder.

y para que alabáramos su inmerecido y glorioso amor por nosotros. Amor que nos mostró por medio de su amado Hijo.

Y daban la gloria a Dios por lo que él había hecho en mí.

Cuando Jesús oyó esto, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios. Por medio de ella, el Hijo de Dios recibirá honra».

Les digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para ese pueblo.

»Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso.

»Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.

Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios e hicimos muchos milagros?”.

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Los hemos animado y consolado. Además, les hemos llamado la atención para que vivan como a Dios le agrada, porque él los ha llamado a ser parte de su reino y de su gloria.

No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.




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