Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto. No es el pacto de leyes escritas, que nos condena a muerte, sino el pacto que da vida por medio del Espíritu.
Anteriormente, yo ofendía a Dios, perseguía a los creyentes y los insultaba. Pero Dios fue bueno conmigo, porque en ese momento yo era incrédulo y actuaba por ignorancia.
En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandato del Señor, pero les daré mi opinión. Y, gracias a la misericordia de Cristo, creo que pueden confiar en mí.
Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales ustedes llegaron a creer. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor le ordenó hacer.