Pero ustedes conocen la buena conducta de Timoteo, que ha servido conmigo en el anuncio de la buena noticia. Me ha ayudado como un hijo ayuda a su padre.
Mis queridos hermanos en la fe, ustedes siempre han obedecido. Y, así como lo han hecho en mi presencia, háganlo mucho más ahora en mi ausencia. Por eso les pido que con todo respeto y amor a Dios vivan demostrando que son salvos.
Les escribí como lo hice para que no me causaran tristeza los que debían alegrarme cuando fuera a verlos. Estaba seguro de que todos ustedes se pondrían alegres por mí.