El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida. Este árbol está en el paraíso de Dios.
Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos tomados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.
Ella dio a luz un hijo varón que «gobernaría a todas las naciones con gran poder». Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono.