y, si te dio la de animar, anima a los demás. Si te dio la capacidad de ayudar a los necesitados, entonces hazlo con generosidad. Si te dio liderazgo, hazlo muy bien; y, si te dio capacidad para mostrar compasión, hazlo con alegría.
Este mensaje es digno de confianza, y quiero que lo enseñes una y otra vez, para que los que han creído en Dios se esfuercen en hacer lo bueno. Esto es excelente y provechoso para todos.
Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos de pecado y tener así un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Además, que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad y lavar los pies de los creyentes. Que sea de las que ayudan a los que sufren y que aproveche toda oportunidad para hacer el bien.
Ya conocen el gran amor que les tiene nuestro Señor Jesucristo. No lo merecían, pero él, aunque era rico, se hizo pobre para ayudarlos. Lo hizo para que, por medio de su pobreza, ustedes llegaran a ser ricos.
El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero según lo que haya ganado. Así no tendrán que hacer recolectas cuando yo vaya.
Querido Gayo, hermano en la fe, no sigas el ejemplo de los que hacen lo malo, sino el ejemplo de los que hacen lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.
Escuchen, mis queridos hermanos en la fe: Recuerden que Dios ha elegido a los pobres de este mundo, para hacerlos ricos en fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman.
Me refiero a Jesús de Nazaret. Dios lo llenó de poder y del Espíritu Santo. Él anduvo haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.