Predica el mensaje de Dios, nunca dejes de hacerlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Corrige, reprende y anima con mucha paciencia a todos, sin dejar de enseñar.
¿Cuál ha sido el resultado de esta tristeza que Dios les causó? Pues ustedes se esforzaron grandemente en pedirme disculpas. Con tal de que se hiciera justicia, ustedes mostraron enojo, temor, deseo, preocupación y ganas. En todo han demostrado su inocencia en este asunto.