Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer sin límite. Lo que han hecho es prepararse para su castigo. Es como el animal que se engorda para el día de la matanza.
Ella era orgullosa y le gustaban los grandes lujos, pues ahora háganla sufrir y atorméntenla. Decía con orgullo: “Estoy sentada como reina; no soy viuda ni sufriré jamás”.
Hablan y enseñan con orgullo, aunque todo lo que dicen no tiene sentido. Invitan a la gente a participar de sus vicios y placeres sin control, y así engañan a los que recién se han alejado de los que viven en pecado.
Esa gente prohíbe el matrimonio y no permite comer ciertos alimentos que Dios ha creado. No les importa que Dios haya creado esos alimentos para que los creyentes, que conocen la verdad, los coman con gratitud.
Todas las naciones han seguido su ejemplo adorando dioses falsos. Los reyes de la tierra se unieron a su idolatría; los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella malgastaba en sus lujos».
Los reyes de la tierra llorarán de dolor cuando vean el humo del fuego que la consume. Son los mismos reyes que adoraron dioses falsos con ella y compartieron su lujo.