El líder debe ser una persona a quien no puedan acusar de nada malo y esposo de una sola mujer. Sus hijos deben creer en Cristo, y que nadie los acuse de ser desobedientes o tener una mala conducta.
A los ancianos, enséñales que sean serios, respetables y que piensen bien las cosas. Que tengan una fe sincera, que amen a los demás y tengan paciencia.
Por último, hermanos en la fe, pongan total atención en todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración. En fin, en todo lo que sea excelente o merezca alabanza.