Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no hagan enojar a Dios y los castigue. En cuanto a los demás asuntos, ya les diré qué hacer cuando los visite.
Aunque tengo muchas cosas que decirles, no he querido hacerlo por escrito. Espero visitarlos y hablar personalmente con ustedes para que nuestra alegría sea completa.
si me retraso, podrás saber cómo hay que portarse en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente. La iglesia es quien sostiene y defiende la verdad.