1 Timoteo 2:7

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Por eso me nombró predicador y apóstol de ese mensaje. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los no judíos para enseñarles la verdadera fe.

Referencias Cruzadas

Hechos 9:15

―¡Ve! —insistió el Señor—, porque he elegido a ese hombre como mi instrumento. Él dará a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel.

2 Timoteo 1:11

Dios me encargó anunciar ese mensaje, y me eligió como apóstol y maestro.

Romanos 9:1

Cristo es testigo de que digo la verdad. El Espíritu Santo guía mi conciencia, y por eso sé que no miento.

Romanos 15:16

Él me envió como servidor de Cristo Jesús para ayudar a los no judíos. Yo tengo el deber sacerdotal de anunciar la buena noticia de Dios a los no judíos. De esta manera los presentaré como si fueran una ofrenda aceptable ante Dios. Una ofrenda que el Espíritu Santo ha separado como especial.

Gálatas 2:9

En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.

Gálatas 1:20

Dios es testigo de que les digo la verdad.

Gálatas 1:16

me reveló a su Hijo para que yo hablara de él entre los no judíos. Cuando él me llamó no le pedí a nadie su opinión.

Romanos 11:13

Les hablo ahora a ustedes, los no judíos. Para mí es un honor haber sido enviado a ustedes y servirles.

2 Pedro 2:5

Tampoco perdonó a los que vivían en el tiempo de Noé cuando mandó un diluvio sobre los malvados. Tan solo protegió a ocho personas, incluyendo a Noé, que era un predicador de la justicia.

Gálatas 3:9

Así que los que viven confiando en Dios son bendecidos por él junto con Abraham, el hombre de fe.

2 Corintios 11:31

El Dios y Padre del Señor Jesús, quien merece ser siempre alabado, sabe que no miento.

Romanos 10:14

Ahora bien, ¿cómo lo reconocerán si no han creído en él? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?

Hechos 26:20

Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.

Hechos 22:21

Pero el Señor me respondió: “Vete; yo te enviaré lejos, a los no judíos”».

Hechos 14:27

Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.

Juan 7:35

«¿Y este a dónde piensa irse que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos?

Gálatas 2:16

Sin embargo, reconocemos que nadie es aceptado como justo delante de Dios por hacer las cosas que demanda la Ley. Somos aceptados como justos por creer en Jesucristo. Nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús. Así que somos aceptados como justos por la fe en él y no por hacer las cosas que demanda la Ley. Porque nadie será aceptado por Dios como justo por hacer esas cosas.

Romanos 1:9

Yo sirvo a Dios de corazón, predicando la buena noticia de su Hijo. Y Dios es testigo de que siempre me acuerdo de ustedes.

1 Corintios 9:1

¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes el fruto de mi trabajo para el Señor?